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sábado, 4 de febrero de 2017

La Hipnosis en el Tratamiento de Pesadillas

Las pesadillas son sueños largos, muy reales y aterradores que provocan una fuerte respuesta emocional y suelen despertar a la persona que los padece. Se suelen producir en la segunda parte del período que dormimos y durante la fase REM. Estos sueños son una parte natural de nuestra vida y todos experimentamos pesadillas especialmente durante la infancia. A veces se convierten en algo reiterado que perjudica la calidad de nuestra vida y el sueño. 

Al despertar de una pesadilla después de experimentar esta respuesta emocional de miedo o terror pueden provocar ansiedad y una sensación de tristeza. Aunque sabemos que lo soñado no es cierto el impacto que producen persiste y además cuesta recuperar el sueño.

Las pesadillas recurrentes que se repiten más de una vez por semana e impiden descansar bien por la noche pueden requerir de ayuda médica.




La hipnosis es una herramienta eficaz para acabar con las pesadillas.


Según la teoría de la “satisfacción de expectativas” de Joe Griffin e Ivan Tyrrell (la más reciente y convincente teoría que explica por qué soñamos) los sueños provienen de las expectativas o activaciones emocionales que tenemos durante el día que no son satisfechas. Soñamos para de alguna manera satisfacer y “desconectar” estas emociones.

Si experimentamos miedo, estrés o preocupaciones y no podemos solucionar lo que los provoca durante el día el subconsciente intentará completar la situación con una pesadilla. Por lo tanto las pesadillas son representaciones simbólicas de los miedos y ansiedades del día anterior que no hemos podido resolver. Las pesadillas esporádicas suelen ser una respuesta normal al estrés o la preocupación.

Las pesadillas recurrentes se producen porque si continuas preocupándote por las mismas cosas día tras día seguirás teniendo los mismos sueños desagradables cada noche.

Otras causas pueden ser: algunas enfermedades mentales (esquizofrenia, depresión, trastorno de estrés postraumático. . .) el insomnio, la fiebre, ciertos tipos de medicación, la genética, la insatisfacción en la vida, trasnochar o ver películas de terror, particularmente los niños. Incluso comer en exceso antes de dormir es una causa potencial de pesadillas.

 Por lo que hemos dicho y si las pesadillas siguen produciéndose es que tienen una utilidad para nosotros. Por supuesto no nos referimos a los sueños repetitivos y crónicos producto de enfermedades como el síndrome de estrés postraumático por ejemplo.




Estamos hablando de las pesadillas más habituales que se producen después de un trauma o períodos de estrés. Estás suelen evolucionar en su forma y contenido. La persona no suele soñar con los acontecimientos en concreto si no con la emoción asociada a ellos.  Estas pesadillas no son repetitivas si no que evolucionan y cambian gradualmente.

La persona sueña de manera metafórica algo que pone de manifiesto la emoción dominante asociada a su problema. Así puede soñar que una ola lo arrastra hacia el mar al sentirse abrumado por una situación. Pero en sucesivos sueños irán apareciendo nuevos contenidos normalmente asociados a la vida de la persona, de manera que se establecen conexiones con otros acontecimientos similares o no.

Así además de permitir que se produzca una “descarga” de los acontecimientos, traumas, dudas y miedos que “calma la tormenta” la pesadilla va generando un contexto. Así el trauma u otras causas de la pesadilla al ser soñados, analizados pensando en ellos, o trabajados en terapia dejan de ser “el acontecimiento más terrible que ha pasado a alguien”. Se convierte en algo con una estructura, con unas causas y soluciones.

La próxima vez que se repita una situación similar estaremos mejor preparados para hacerle frente. Esto vendría a confirmar que soñar (y tener pesadillas también) tiene una función adaptativa.


Es importante destacar el carácter metafórico de los sueños y evitar el error de caer en la literalidad al intentar comprender que nos está diciendo un sueño. Para entender lo que nos quieren decir la clave está en la emoción, el simbolismo y el contenido son muy subjetivos por esta razón las interpretaciones generales suelen ser erróneas.


Para utilizar la valiosa información que los sueños, o pesadillas, transmiten sólo son necesarias dos cosas: la habilidad para recordarlos y la voluntad de tener una mentalidad abierta sobre lo que nos quieren decir.


Pero qué hacer con las pesadillas repetitivas que no evolucionan, generan ansiedad y afectan la calidad y cantidad del sueño. En estos casos lo que ocurre es que los sueños son una manifestación de los repetidos estímulos emocionales que una persona experimenta por una preocupación concreta. Sería el caso de las pesadillas que padece una persona sometida a bullying de manera continuada.


Hay muchas cosas que se pueden hacer para ayudar a las personas a resolver y eliminar estos sueños que generan ansiedad. En primer lugar es muy tranquilizador y reconfortante darse cuenta de porque las pesadillas toman una determinada forma.


El primer paso sería pues contemplar la pesadilla como una metáfora provocada por como se siente la persona por algún acontecimiento que le produce ansiedad en su vida.

A menudo el paralelismo entre lo que sueña y los acontecimientos de la situación actual de la persona son evidentes (aunque no para élla). Esto a veces permite detectar un problema que por habitual parece normal. En este caso resolver esos temas que nos perturban durante el día permitiría eliminar la ansiedad que generan las pesadillas.


A veces es recomendable trabajar utilizando la misma pesadilla. Para ello y en estado hipnótico la persona visualiza en una pantalla la pesadilla recurrente que padece mientras el hipnotista la ayuda a permanecer tranquilo y relajado. Es una técnica empleada también para las fobias o el estrés postraumático.

Para que resulte más fácil permanecer tranquilo se pide a la persona que “pase” la película a velocidad rápida de manera que dure sólo unos instantes. Esto ayuda a las personas a disociarse (separarse emocionalmente) de las imágenes lo que reduce los sentimientos de ansiedad.

Posteriormente se pide a la persona que “de alguna manera” (utilizando la capacidad que tiene la hipnosis de potenciar la imaginación y así rebasar lo que racionalmente consideramos posible) entre en la película en el momento en que la pesadilla ha terminado y “rebobine” hacia atrás hasta antes de empiece.

Esta visualización de la película y rebobinado se repite varias veces hasta eliminar el contenido emocional de las imágenes. Utilizando correctamente esta técnica es posible reducir los sentimientos de miedo y ansiedad asociados a las pesadillas hasta hacerlas desaparecer. Podemos decir que desaparece la activación emocional por el miedo a padecer pesadillas: el miedo al miedo, y sencillamente se desvanecen.


Otra forma de intervención es hacer que el soñador interactúe en estado hipnótico de manera positiva con la situación temida que aparece en la pesadilla. Se le pide a la persona que utilice en la escena recurrente los recursos necesarios para enfrentarse con éxito a la situación temida.

Este método es especialmente útil para niños que padecen pesadillas provocadas por algo que han visto en la televisión. Pueden recuperar su sentido del control si por ejemplo arrojan unos polvos mágicos que desintegran al monstruo que les aterroriza en sus sueños. O inventar un “programa” que acabe con los problemas en forma de pesadillas que les genera en su cerebro un “virus” que les ha contaminado.

El mismo procedimiento puede ser también utilizado en adultos utilizando la fantasía: de  nuevo la hipnosis permite acceder a los enormes recursos del subconsciente, el mundo de la fantasía, la imaginación y las emociones. Además el estado hipnótico comparte muchas características con el sueño REM, el momento en que se producen las pesadillas.

Para algunos autores el sueño REM y la hipnosis son la misma cosa.

Una vez se deja de tener miedo a las pesadillas no es necesario volver a pensar en ellas o temer que se repitan. La probabilidad de que se repitan desaparece: no hay miedo por lo tanto no hay activación emocional que necesite ser completada en un sueño.


Finalmente otra forma de utilizar la hipnosis para combatir eficazmente las pesadillas es utilizarla  para potenciar la capacidad que todos tenemos de generar sueños lúcidos. Sueños durante los cuales somos capaces de darnos cuenta de que estamos soñando y en los que podemos intervenir según nuestra voluntad. Podemos cambiar así la historia y el desenlace de nuestra pesadilla.

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