El poder del perdón.
En el transcurso de la vida las experiencias y el
conocimiento se acumulan, crecen, permitiendo tomar mejores decisiones, permitiéndonos
ver la vida desde una perspectiva diferente.
A veces, cuando la forma en que obtenemos la experiencia es
agradable, seguimos adelante sin prestarle mayor atención, acumulamos nuestra
experiencia, la relacionamos con algo agradable (sentimientos/sensaciones) y
continuamos con nuestro viaje en el tiempo hacia adelante.
En otras ocasiones, cuando la experiencia es desagradable,
hacemos la relación con SENTIMIENTOS/SENSACIONES desagradables y detenemos
nuestro viaje en el tiempo (al menos esa parte relacionada con la experiencia)
y echamos esa experiencia en el baúl de los recuerdos, creemos que continuamos
nuestro viaje en el tiempo hacia adelante, pero la mente, al menos la parte que
está relacionada con la experiencia, se encuentra anclada ahí, generando
sentimientos como dolor, ira, resentimiento, etc., entre más sentimientos de
este tipo se acumulen eventualmente (dependiendo del sentimiento), esto
desencadenara en una enfermedad.
Cuando se desencadena la enfermedad es como revivir el
pasado, esa experiencia, esa persona en particular, nos perdemos el ahora
cuando estamos en el ayer. El pasado ancla, atrapa y mata. El presente libera.
Sólo en el tiempo del ahora nos permitiremos vivir satisfactoriamente.
El pasado es el recuerdo doloroso obtenido del baúl, el
sentimiento que se convirtió en resentimiento, la experiencia dolorosa que le
llamamos culpa. El amor que se transformó en odio, la sensibilidad que se
vuelve sensiblería. Pesada carga que a veces llevamos con nosotros, equipaje
que no nos permite vivir sino sobrevivir a duras penas.
Accedemos al presente cuando perdonamos, nos perdonamos y
perdonamos a los demás. Perdón, palabra mágica y sanadora. Perdonar no es estar
de acuerdo, perdonar no es aceptar los hechos ocurridos, perdonar no es
olvidar, tampoco es negar lo que nos pasó. El perdón no justifica pero tampoco
juzga. El perdón te libera del pasado y te pone en tiempo presente.
El eterno ahora. Momento maravilloso donde existen todas las
posibilidades de cambio y transformación; en el cual tú comprendes y no solo
entiendes, aceptas pero no te resignas, aprendes para crecer y no para sufrir.
Dejas de ser víctima y te conviertes en aprendiz.
Recuperas de esa manera el poder que alguna vez en ese
pasado, lo habías extraviado. Poder de dirigir, determinar y direccionar tu
vida. Poder de amar, comprender y aprender. De construir un futuro a partir del
presente.
El perdón no cuestiona, no tiene preguntas del pasado,
porque ese pasado ya se fue. No importa lo sucedido porque ya sucedió. Pero si
es importante lo que hagas en el presente porque eso determinará el futuro. No
te conviertas en víctima de otras víctimas, ni en actor de dramas de dolor y
sufrimiento. Crea tu propia obra. Sé tú el guionista, el director y el
observador.
Abre tu corazón al perdón, libérate de toda esa carga que te
está pesando y no te deja avanzar. Perdona desde la comprensión amorosa, no
para que cambies a los que te dañaron o justifiques los hechos acontecidos.
Perdona para que seas feliz y recuperes la paz. Comprende que detrás de todo
hecho por más doloroso y funesto que acontece siempre existe un significado
profundo.
Perdónate a ti mismo, recupera tu integridad y tu inocencia.
Sobre todas las cosas que hayas hecho, cometido o
protagonizado; considera que sigues siendo inocente a pesar de todo.
Libérate del miedo, del dolor y de la culpa. Siente que
todos tenemos el derecho de equivocarnos alguna vez, pero también disponemos de
la obligación de aprender para no repetir la experiencia dolorosa.
Perdona a los demás, mira en cada agresor una víctima de su
pasado. En cada hecho de dolor una enseñanza que aprender. No dejes que te
conviertan en víctima de otras víctimas y en victimario de los demás.
Acepta los hechos que ocurrieron, no como resignación sino
como actitud transformadora para el cambio. Convierte ese odio y resentimiento
en comprensión amorosa, la culpa en aprendizaje y el miedo en coraje.
Despierta de la pesadilla tenebrosa del pasado a la vida
cálida que te espera en el presente.
Igualmente, si crees que ya has perdonado pero continuas
sufriendo alguna enfermedad, quizás necesites ayuda, si es así, contáctanos,
con la poderosa ayuda de la hipnosis, seguro lo logras.
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